10 enero 2007

CARTELES


Hasta los años setenta los bosques de pino negral han proporcionado ocupación a muchos resineros. Comenzaba ésta en el mes de marzo y se extendía hasta los últimos días de octubre. Su labor consiste en abrir una cara a cada pino para que sangre por ella la miera que se recoge en un pote y que luego se transporta en cubas hasta las diferentes fábricas repartidas por los pueblos de la zona, para obtener de ella dos productos básicos: aguarrás y colofonia.La caída drástica de la cotización de la resina, así como su importación desde países escasamente desarrollados o su sustitución por derivados del petróleo, precipitó el cierre de muchas fábricas y, casi, la desaparición del oficio.En algunos árboles, todavía podemos encontrar el recipiente o pote que servía para recoger la miera y el clavo que lo sujeta al pino.
Y en este caso también nos encontramos este cartel, que en su día pondría algún resinero seguramente harto de que los desaprensivos arruinaran su trabajo.

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