22 abril 2010

Los Comuneros

Luis López Álvarez escribió en su día el poema de Los Comuneros, también en su día El nuevo Mester de juglaría, hizo un disco dedicado a los comuneros, tomando como referencia para las letras el poema de López, y unos cuantos años después Lujuria, también tomó esos versos del poema para publicar otro disco con la misma temática, y hoy en día después de tanto tiempo (casi 500 años) a uno le llama la atención lo avanzado de las propuestas de estos adelantados, y su injusto final.


Canto de esperanza

Mil quinientos veintiuno
y en abril para más señas,
en Villalar ajustician
quienes justicia pidieran.
¡Malditos sean aquellos
que firmaron la sentencia!
¡Malditos todos aquellos
los que ajusticiar quisieran,
al que luchó por el pueblo
y perdió tan justa guerra!
Desde entonces ya Castilla
no se ha vuelto a levantar,
en mano de rey bastardo
o de regente falaz,
siempre añorando una junta,
o esperando un capitán.
Quién sabe si las cigüeñas
han de volver por San Blas
si las heladas de marzo
los brotes se han de llevar.
Si las llamas comuneras
otra vez crepitarán.
Cuanto más vieja es la yesca
más fácil se prenderá
cuanto más vieja es la yesca
y más duro el pedernal.
Si los pinares ardieron
aún nos queda el encinar.



05 febrero 2010

Adolfo ¿que?...

El diseñador Adolfo Domínguez ha propuesto, entre otras bonitas ocurrencias, "el despido libre, sin trabas administrativas ni judiciales"; este sujeto considera que esto propiciaría un aumento de productividad "inmediato", al motivar a los trabajadores a ganarse "cada día" su puesto. Menuda barbaridad.
Al leer varios diarios y oír sus declaraciones, lo que dijo queda muy clarito, por más que intente suavizarlo ahora desde su página web, con un comunicado descafeinado. Parece mentira que un Fulano que vende un jersey para perros por 40€ y una bufanda a juego (también para perros) por otros 40€, tenga la desfachatez de proponer tal medida, teniendo en cuenta como está la economía familiar en este momento.
El caso es que, en la Europa del siglo XXI hay gente que pretende que volvamos al siglo XVIII y anteriores. Esta persona, que por azar de la vida es empresario, que ha ganado dinero a espuertas y que según bastantes indicios sus fábricas en el extranjero rozan cuando menos lo ético, pretende que el despido sea aún más libre, porque le recuerdo que las empresas de trabajo temporal realizan contratos incluso por horas. Más libre que eso.
Sólo le deseo ‘Señor’ que, en algún momento de su vida, usted tenga que trabajar para otros, a las órdenes de un jefe como usted, con contrato de día a día, sin paro y sin derecho a ponerse enfermo. Tal vez entonces comprenderá el verdadero sentido de la vida que, por lo visto, últimamente no le deja ver su avaricia.
En este juego de la vida, todos somos personas, a unos les ha tocado ser empresarios y a otros empleados, usted Señor mío está hecho de la misma materia que yo y, cuando llegue su día, no le salvara ni su dinero ni, su arrogancia.
Espero que su discurso no cale en ninguna mente siniestra, ya que en algunas diestras ya ha calado, aunque no lo reconocerán nunca en público, aguardo con impaciencia el día en que se arruine por avaro y pruebe su propia medicina.